
La iglesia parroquial de Santa María La Real de la Corte, en el corazón del casco histórico de Oviedo, se ha visto inmersa en un suceso que ha convertido a su sacristán en un discreto héroe gracias a cuya intervención un delincuente ha acabado en el calabozo.
El pasado martes, hacia las cuatro menos cuarto de la tarde, el protagonista de esta historia, el secretario y sacristán de la Corte, Alejandro Alonso, emprendió la persecución por varias calles de un hombre que acababa atacar a un turista granadino, mientras rezaba y sin mediar palabra con él, golpeándolo con una llave inglesa.
Durante su persecución, Alejandro Alonso fue informando puntualmente a la Policía Nacional del lugar donde se encontraba, a través del teléfono móvil, hasta que los agentes pudieron darle alcance en el arranque de la Tenderina.
La Nueva España
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