miércoles, 28 de mayo de 2008

El cura de Oviedo que siempre tiene flores delante del confesonario


Si haces una visita a San Isidoro de Oviedo, te encuentras con una Iglesia limpia, un silencio que se corta y unas flores frescas delante del confesonario que durante tantas veces ocupó, Manuel González, vicario parroquial de San Isidoro.

Cuando pregutas el por qué de las flores, el párroco, José Luis Tuñón, te explica que "don Manuel, como así era conocido, era hincha del Real Madrid, pero se había especializado en pobres y marginados, a los que atendía con sus bolsas de comida, y en confesar a todo paseante despistado que se acercara por la parroquia".

La gente de la parroquia no se olvida de su labor, y como cree que su compañía sigue cercana, de vez en cuando le ponen delante unas flores frescas, para que él tampoco se olvide de todos amigos que tuvo en Oviedo.

Manuel Robles

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